domingo, 17 de diciembre de 2006

SE PAYASO, AMIGO, SE PAYASO

Los payasos hacen reir por su visión del mundo, la de un niño pequeño, para el que lo fundamental es sentirse querido, que sus padres lo quieran, que el público lo quiera. Tratan de imitar al adulto sin conseguirlo nunca, lo intentan una y otra vez, sin cansancio, sin tregua, fracasando constantemente en su intento de ser adultos. Lo hacen espontáneamente, sin ningún sentido del ridículo, ni del fracaso, poniendo sobre el escenario todas sus emociones , que pueden cambiar instantáneamente sin perder un ápice de intensidad. Constantemente sorprendidos y alucinados. El clown no interpreta lo que le pasa, lo vive y reacciona. Existe. Sin juzgarse, sin criticarse, sin interpretarse, el clown desconoce estas palabras. Sólo es. Es libre, sincero, espontáneo, juguetón, imprevisible, creativo, vulnerable, inocente, cómplice. Cuanto mejor se lo pasa él, cuanto más fluye, mejor se lo pasa el público.
¿quien no quiere ser clown?
El sábado estuve viendo a "Goitibera" un grupo de clown alavés, del que forma parte mi amiga Esther (bai, bai gure Esther) y me encantó, me gustó su puesta en escena, su espontaneidad, su argumento, me gustó todo y llegué a alucinar con Esther, de ver como entraba en su propio ridículo, de como entraba en el juego y en la exageración. Un camino de crecimiento. Zorionak.
El espectáculo se titula "Va de cola":
Esperar, mirar, suspirar... reloj, paredes, papeles... mantenimiento, modales y composturas. Paciencia, amigo, sin avasallar. Contrólese amiga que hay para todos: cola de cerdo (riquísima), cola loca, cola (-boración), ni-kolas, pechi-cola, cola (-teral daño), cola (-dor el siquiatra) ¡¡¡KOLAPSO!!! ¡Cariño, qué-hermosa-la-cola-del-banco-this-morning-la-tenías-que haber-visto!

4 comentarios:

  1. Si quieres ser payaso deja de hacer el ridículo. Hay pocas cosas menos ridículas que ser payaso.

    Acepta que tienes alma de niño y hechos de adulto asesino de espontaneidad de frescura y ligereza.
    Y eso te hace la vida pesada, encorsetada y te da la sensación de hacer la vida de otro.
    Así pierdes el placer de vivir.

    Matar la frescura es triste. Pretender disimularlo, ridículo.

    La auténtica libertad precisa del paso previo de estar en concierto con el rumor ancestral, tantas veces acallado, de tu alma infantil.

    El sábado desoí mi deseo de ver la transformación de mi amiguita Ester. Estoy convencido de que haber atendido mi gusto por ver a mi colegui haciendo el payaso, me hubiera dado más satisfacción que mi otra ocupación. Darme cuenta ahora me da tristeza pero no hago el ridículo de no reconocerlo.

    ResponderEliminar
  2. No es lo mismo la ignorancia que la inocencia. Mantenernos inocentes a pesar de conocer, de tener sabiduria, hace que vivamos la vida con mirada de niño y eso es lo más hermoso a lo que podemos aspirar

    ResponderEliminar
  3. si, ramón nueve matar la frescura es triste , pero a veces no nos atrevemos a dejarla viva, nos dan desde pequeñitos muchas armas de matar , que nos vemos obligados a utilizar.
    ¿ya cantas en la ducha?

    ResponderEliminar
  4. ¿te has dado cuenta uno de san carlos de la rápita las veces que hemos utilizado la palabra niño?
    ¿porque será?

    ResponderEliminar