martes, 18 de septiembre de 2012

UNA CAPERUCITA MÁS

Por fin es domingo y puede ir al bosque. Le gusta atravesarlo caminando para llegar a la hora de la comida a casa de su abuela. Su madre siempre le recuerda que el bosque es peligroso y mejor que vaya por carretera en su flamante moto BMW negra de 500cc que le ha costado varios sueldos completos de ayudante de peluquera y varios meses de azafata a destajo en distintas convenciones de agentes inmobiliarios. Pero tampoco en esto le hace caso a su madre, le gusta andar por el bosque.
Hoy es el primer domingo de adviento y siempre le ha gustado celebrarlo con su abuela. Por eso le lleva una botella de absenta y una jarrita de litro y medio de cerveza negra para limpiar el licorazo.
Estar con su abuela siempre es un buen plan. Adora su pelo sin teñir, su pereza dominical, su menestra de cordero y su afición por las drogas. Ella le ha intentado enseñar a espaldas de su madre a cocinar tartas cuando quiere desenfocar un problema, cuales son las pastillas para dormir, cuales las de los nervios, cuales las de hacer el amor. Pero sobretodo le ha intentado enseñar a no mezclar y a no pasarse. Pero a Caperucita se le ha ido de las manos....
El primer domingo de adviento ha llegado soleado y amable y con su cestita de mimbre y su música preferida se adentra canturreando en el frondoso hayedo sombrío y mágico.
Saluda a Martín el cazador, como cada 15 días
- Buenos días preciosa .Qué, a donde la abuela?
- Sí Martín a celebrar el adviento.
- Te estaba esperando, hoy vienes un poco más tarde.
- Es que anoche desfasé un poco y me ha costado levantarme.
- Estás guapísima a pesar de todo. Qué, hace un petita?.
- Tú que me miras con buenos ojos. Venga ese petita.
Todo un Señor Canuto de marihuana que tarda poco en consumirse mientras ríen recordando su vida en común.
- Bueno Martín, que mi abuela se va a preocupar.  
- No te vayas Caperucita , cásate conmigo!!  
- Lo tendré en cuenta Martín mira que lo pienso dos veces al mes , pero no acabo de decidirme...
- Te esperaré siempre porque soy tuyo, Caperucita...
Continuó su camino mucho más contenta, sin darse cuenta de que Ferrán el lobo la persigue escondido detrás de los árboles como cada quince días desde hace más de 8 años. Muchos años de deseo contenido a los que decide poner fin :
- Buenos días Caperucita...
- Jopé que susto !!!! quien eres? que no te conozco...  
- Soy Ferrán el lobo, vivo aquí y sigo todos y cada uno de tus pasos por el bosque cada quince días ...me gusta tu capa roja, tu vestido blanco, tu pelo rubio, tu carita .... creo que estoy enamorado de tí.....me gustaría invitarte a desayunar, he hecho un revuelto de hongos y una infusión caliente....
Caperucita no lo duda , nota la franqueza de Ferrán y le gustan demasiado los hongos como para no aceptarlos.
Desayunan contentos, mientras Ferrán habla y habla con su voz naranja que le entra a Caperucita por los dedos pequeñitos de los pies en forma de esferas verdes, rojas y fucsias y después de un tortuoso y placentero recorrido por su cuerpo salen de nuevo por su coronilla como un haz de luz violeta. Luz de paz. Mira a Ferrán y a su cuerpo azul turquesa que se transforma cada instante ahora en cubo, ahora en pirámide , ahora en corazón, ahora en torbellino cadencioso de mar y de cariño. Se siente feliz y tan enamorada de Ferrán...
Ferrán grande, peludo y cariñoso la coge en brazos , recoge la cesta y suavemente sin dejar de mirarla la lleva hasta la casa de su abuela. La deja en el recodo anterior del bosque y se marcha sigiloso, sin ruido, como es él.
- Abuelita!!!
- Se enfría la menestra Caperucita...
Pero a Caperucita eso no le importa, está segura de haber encontrado a su hombre.
Ese hombre que la querrá, que la defenderá del mal, con el que dejará de sentirse sola, con el que se casará y vivirán un amor eterno.
Y quizá hasta podrá dejar las drogas.....

P.S. Sí, se casaron. God bless.
P.P.S. No está basado en hechos reales y cualquier parecido con la realidad es fruto de la cerveza negra y de la absenta. Los novios de la foto son muy amables, se quieren y no se drogan.

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