martes, 13 de febrero de 2007

A VUELTAS CON FREUD Y MARCUSE


La historia del hombre es la historia de su represión. La cultura restringe no sólo su existencia social, sino también la biológica, no sólo partes del ser humano sino su estructura instintiva en sí misma.

El hombre aprende a sustituir el placer momentaneo, incierto y destructivo, por el placer retardado, restringido, pero "seguro".

El verdadero valor de la memoria yace en la específica función de preservar promesas y potencialidades que son traicionadas e inclusive proscritas por el individuo maduro, civilizado, pero que han sido satisfechas alguna vez en su tenue pasado y nunca son olvidadas por completo.

La restauración de la memoria está acompañada de la restauración del contenido cognoscitivo de la fantasía.

La liberación del pasado no termina con la reconciliación con el presente. Contra el restringimiento personalmente impuesto del descubridor, la orientación hacia el pasado tiende a una orientación hacia el futuro. La recherche du temps perdu llega a ser el vehículo de la futura liberación.

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