Lo reconozco.Tengo más arrugas que hace 6 años. Y me jode. Me jode no sabes cuanto....
El otro día decidí hacer caso a mi peluquera, que sabe mucho de esto, y cuidarme un poco la piel de la cara, que siempre me dice que es el espejo del alma .
Total, que me hice una limpieza de cutis casera : recuperé los vahos de mi abuela con un poco de eucalipto, que abre los poros y los bronquios, saqué todas las muestras de crema que me regala la dependienta de la perfumeria en la que compro el perfume carísimo al que estoy absolutamente enganchada y me puse manos a la obra. Me hice un peeling después de los vahos y me apliqué una tras otra la crema tonificante, la reafirmante y la nutritiva.
Al día siguiente una compañera de trabajo a la que hacía un tiempo que no veia , mientras tomábamos el café me dice un poco envidiosa:
_ Tienes la piel radiante, tú te has hecho algo...te has estirado...
Corrí a mi casa a ver como se llamaban las cremas que me había aplicado para correr de nuevo a la perfumeria a comprar como mayorista.
Aluciné. Alucinarás. Alucinaremos. Cada envase de 30 ml costaba entre 300 y 500 euros. Hice un cálculo aproximado y no lo hacía con 4000 euros al año.
Mi gozo en un pozo. Necesito otro trabajo, este creo que nocturno, para pagarme las cremas.
Tengo una arruga nueva, esta me ha salido cuando he visto que el aspecto del alma se puede comprar.
Porca miseria.
sábado, 13 de marzo de 2010
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Pues yo quiero que se me vean las arrugas, porque cada surco de mi cara es una profundización en las materias de las que está hecha la vida. A cada hendidura le corresponde una elemental carga de tiempo: un instante, un día, un lustro, un suspiro, la duración global de una amistad, de una pasión, de un matrimonio. Hay arrugas que tardan mucho en hacerse. Las de la risa son rápidas y yo no puedo negar que me he reído. Me he reído mucho, pero he tenido también mis días de llanto y de zozobra. Risas, besos, caricias, soledades, lágrimas, tristezas, preocupaciones, quebrantos, agridulzuras… Felicidad y sufrimiento. Cosas que van dejando sus huellas. Unas que te dan tersura. Otras que te horadan y apagan el brillo de los ojos. El resultado siempre permanecerá ahí, como un poema.
ResponderEliminarHola!!! Un gusto visitar tu blog y conocerte!!! Las arrugas sí empezaron a preocuparme (cuando me acuerdo, claro), y eso del reflejo del alma me encantó.
ResponderEliminarBeso grande!!!!!!!!!!!!!
Mi edad jajaja no te la digo pero ya no soy una Jovencita no se si sera verdad eso de los genes pero mi abuelita llego a los 99 años y se que es increible creer que tenia un cutis hermoso a esa edad pero asi fue lo tenia solo espero que yo haya heredado algun gene de ella :) por el momento no veo las arrugas en mi cara .......... Me gusto muchisimo tu Blogg
ResponderEliminarme parece que tanto tú como yo estamos en horas bajas (en cuanto al blog, digo). Hace un montón que no publicamos.
ResponderEliminarSi por cada vez que el alma se ha vendido olvidando sus sentimientos nos hubiera salido una arruga a todos… Hoy estaríamos como una nuez. Arrugas… El paso del tiempo… El inexorable camino hacia el final… Las huellas de todo lo que se nos olvidó decir… De todo lo que tuvimos que amar. A mí no me gustan las arrugas… No envejezco como el vino. Me agrio. Vendería mi alma al Diablo como Dorian Grey sólo por haber sido completamente feliz, amando a una mujer como si el mundo fuera a acabarse mañana, durante la mitad de mi vida. La otra mitad se la regalo a Lucifer. La mitad de las arrugas, claro está.
ResponderEliminarJoseba