martes, 13 de octubre de 2009

PIROPOS


Las cosas estan cambiando.
Ayer tuve una cena , cenamos y luego en tropel fuimos a bailar. No sé que constelación o fase lunar disfrutamos, pero las chicas ligamos un montón, los hombres hacían corrillos para escucharnos, notábamos miradas pícaras en todos ellos y nos sacaban a bailar, oye, como antes ....
Estaba yo reposando el último baile con un chavalito, majo y un poco montuno, cuando mirando el alrededor descubrí su mirada insinuante. Vestía de azul marino y solo la mirada delataba su picardía. Me susurró si quería bailar, agarrándome de la mano e inclinando un poco el tronco hasta alcanzar mi oido con su boca. Casi sin pensar me levantó facilmente de la silla como impelida por una fuerza sobrenatural.
Bailé como si supiera. Me acercaba, me alejaba, me daba la vuelta, se agachaba, me hacia pasar bajo su brazo, yo no podía creerme que alguien me estuviera llevando tan bien, gracil, liviano, sin esfuerzo, mirándome a los ojos.
Cuando acabó el baile, sin soltarnos todavía de la mano, me acerqué a su oído y le dije con los ojos como platos y el corazón a mil , como me habia impresionado lo bien que bailaba, que hay poca gente que lo haga tan bien y mas con alguien que no sabe bailar muy bien como yo.
Y él mirándome profundamente de nuevo, sin soltarme de la mano, se acercó y con su voz grave y modulada, esa que hace vibrar el dentro me contestó:
- Si...yo bailo bien...pero ...a tí ...te sientan muy bien las gafas.
Me besó. Sin tornillo.
Yo todavía sigo sin palabras.

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