lunes, 12 de octubre de 2009

SANTOS IÑURRIETA

He descubierto a Santos Iñurrieta.

Descubrí su tenaz y acompasada búsqueda de deleite, de esa sensación deliciosa de sutil complacencia que es vivir el instante sin el peso del ayer y del mañana. Dispuesto a explorar la realidad y la historia sin procurar que encaje en el diseño que tenemos de ellas, dejándose sorprender de nuevo por las sensaciones conocidas.
Le gustan las historias . Pero solo las que están bien contadas, en esas no vacila en sumergirse por completo en los matices difusos de los significados.
Detesta a los ladrones de espacio, de tiempo, de ideas y se siente en la necesidad de decirlo, por él y por todos nosotros.
Las imágenes fluyen deprisa por su cabeza por lo que sus asociaciones son ágiles, inteligentes y divertidas. Además no concibe la vida sin humor y para ello emplea con lúcida maestría la ironía, el sarcasmo, la hipérbole, la parodia, la paradoja. Todo tiene cabida en su elocuencia intelectual.
Se complace en la cercanía que provoca su calidez y su gran vivacidad.
Sus cuadros lo reflejan todo en la exuberancia del color, en los largos títulos, en su simbolismo sin cortapisas.
Es un lujo y un gozo el haberte descubierto.

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