lunes, 7 de marzo de 2011

HENRIETTA LACKS


Mujer afroamericana de 31 años y madre de 5 hijos, falleció el 4 de octubre de 1951, víctima de cáncer de cérvix de útero. Los doctores Grey, que la atendieron, extrajeron de su cuerpo células malignas que cultivaron en el laboratorio.
Cuando se extraen células del cuerpo humano éstas comienzan a morir lenta e inexorablemente, normalmente antes de que lleguen a completar cincuenta divisiones(el llamado “límite de Hayflick”). Las células no pueden sobrevivir sin el soporte vital que proporciona el cuerpo y tampoco pueden prolongarse artificialmente porque envejecen y por tanto de un modo u otro mueren.
Esto es así siempre, excepto para las células de Henrietta Lacks, células HeLa , que siguen viviendo de forma indefinida aún estando dentro de un tubo de ensayo siempre y cuando se reúnan unas condiciones ambientales adecuadas.
Muy conocidas en el ambiente científico, las células HeLa pueden considerarse la primera línea de células humanas inmortales. Llevan más de 50 años sirviendo de fuente de investigación en el campo médico y siguen tan frescas como el primer día, porque no solo no mueren sino también porque no envejecen.
Equipos de todo el planeta desentrañan los procesos cancerosos y genéticos gracias a las células de Henrietta, lograron por primera vez hacer crecer el virus de la poliomielitis en las prolíficas HeLa, lo que permitió desarrollar un test de diagnóstico y la vacuna salvadora. Las HeLa han estado presentes en destructivos ensayos atómicos y en los primeros vuelos al espacio, comprobando su resistencia a la gravedad cero. Hoy día, no hay un banco de tejidos donde no se almacenen viales congelados con la inscripción HeLa o un laboratorio de cultivos donde la herencia inmortal de Henrietta no ocupe algún frasco en el incubador.

La masa celular actual de Hela sobrepasa en miles de veces la del cuerpo de Henrietta.

La familia no ha visto un duro.

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