viernes, 10 de septiembre de 2010

BORROSO

Me lo cuenta tembloroso.
No puede olvidarla. Siente su ausencia en cada tarea que realiza, en cada sueño que sueña, en cada paso que da. Cada mañana, cada tarde, cada noche. Siente la ausencia de la calidez de su piel en su piel, del contacto de sus labios en sus labios. Siente cómo cada día que pasa está más vacío, más acompañado por la ausencia.
Le sorprende su melancolía, ha olvidado a tantas mujeres, una tras otra, sin esfuerzo...
Esta noche algo ha pasado en su cerebro que le ha hecho despertarse súbito, sudoroso y jadeante. Horrorizado ha comprendido que no podrá olvidarla jamás.
De quién nota la ausencia es de aquel sí mismo.
A ella la olvidaría fácil, quizá sin saberlo la haya olvidado hace mucho tiempo....pero como olvidarse de sí?

2 comentarios:

  1. Es cierto que después de una separación te recuerdas a ti, tu actitud, tu estado de ánimo cuando estabais juntos. Y la nostalgia de aquellos momentos se transforma en una emoción que es la emoción que sentiste sublimada. Ya no se sabe si echas a faltar a la otra persona o si echas a faltar el que eras cuando estabas con ella. Pero es lo mismo. Si el que eras con ella fue tan importante para ti es porque ella lo fue y, aunque te recuerdes a ti, es a ti con ella a quien echas en falta. Es la riqueza que ella te dio lo realmente importante. Fue tanto, que hasta te hizo otro, ese otro que ahora desearías ser y ya no eres porque te falta una parte de ti.

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  2. las lagrimas no te dejan ver27 diciembre, 2010 10:49

    Cuanta tristeza en echar de menos los que fue, lo que no pudo ser, porque lo perdiste, porque no supiste conservarlo, por tu estupidez.
    Pero sobretodo cuanta tristeza en el autoengaño, en seguir colgado de algo que jamás podrá volver a ser y mientras tanto...
    Te pierdes la vida que hay a tu alrededor en las ensoñaciones absurdas, en los recuerdos sin retorno. Como dijo Neruda "Nosotros los de entonces ya no somos los mismos".
    No hay nada mas hermoso que el abandono a una nueva vida, a un nuevo amor, a una nueva experiencia, sobretodo... porque la vida no espera.

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