domingo, 18 de febrero de 2007

DIALOGOS DE CARNAVAL


Ayer a pesar del día tan horroroso que se puso por la tarde, llover y llover y además con frio, que digo yo que menuda moral tenemos los que nos disfrazamos fuera de Tenerife, pues a pesar de todo eso me disfrazé. Lo tenia claro desde el principio, iba a ir de veneciana. Siempre me han gustado mucho los Carnavales de Venecia, con esa magia de las máscaras, los vestidos largos, los dorados, moviéndote entre los canales .... aunque con una punzadita de ..es desasosiego?, quizá la creen las máscaras con esas expresiones tan distantes, tan frias, ...

Me pongo una larga falda marrón rematada abajo por un ancho brocado dorado ,que tiene un poco de cola, y que vuela al andar, con lo que me siento mucho más princesa, un corsé con varillas de piel de potro, balconet, que me hace una cinturita de avispa preciosa , un echarpe dorado que hace juego con el brocado de la falda y que me da un aire de regalito y por fin la máscara : una máscara veneciana a rombos dorados y blancos que cubre solo los ojos y que se remata con un penacho de plumas verdosas , irisantes , brillantes, y que sólo ella ya te hace el disfraz. Como hace mucho frio completo el vestido con una chaqueta corta y de gran cuello redondo, regia, de piel de mouton.

Y enfilo el carnaval. Hay como siempre de todo, un ambiente muy variado....saludo lo mismo a un grupo de mexicanos, que de repente y atravesando el atlántico a una velocidad supersónica me encuentro sonriendo a una tribu de zingaros, beso el anillo papal con mucho respeto, de un papa muy flaco, quizá no vayan bien las cosas en el vaticano...., les pido fuego a un grupo de bomberos perfectamente uniformados con su casco rojo, su mono azul, sus bandas reflectantes, completan su atuendo con un látigo, ...un látigo? si, nos sorprende a todos, incluso a ellos, vete tu a saber...me impresiona la invasion de hippies , hordas enteras en cada una de las calles, se ve que añoramos mucho el amor libre y la marihuana, uno de ellos me regala una pegatina , que dice algo de ser feliz, pero no me la pongo, porque deshace el conjunto.
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Me paseo por todas las tiendas a las que normalmente acudo, pero esta vez era una desconocida, entro hasta en la óptica, aunque es absolutamente imposible probarme gafas encima de la máscara. Me tomo una cervecita en el bar de mi amigo Néstor, que no está disfrazado, por lo menos no más que lo habitual, aunque me asegura que para la noche, cuando hubiese más gente y para no desentonar se pondría ...un apósito.
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Estoy aquí esperando a mi grupo, entre los que hay un gnomo del bosque, la princesa Amidala, una bailarina de charleston, una zíngara con sus monedas de oro...enfin estoy aquí contemplando el paisaje y el paisanaje, cuando veo enfrente mio un spiderman y un dálmata, ambos de cincuenta centimetros, que me miran sin ningún pudor, abiertamente, y comentan cosas entre ambos, se les ve que discrepan en algo señalando partes de mi vestimenta, pasa un rato y la discusión entre el spiderman y el dálmata se hace eterna sobretodo por la curiosidad que me crea el saber que les llama la atención de mí. Por fin el spiderman de cincuenta centrimetros se adelanta, quizá sus poderes le dan seguridad y por eso se siente mas valiente, el dálmata mas cobarde se queda atrás mirando con sus enormes ojos negros, spiderman me mira desde casi el ras de suelo y me pregunta :

- ¿ vas disfrazada?

Le digo que no, que yo soy así , que soy una princesa de un planeta muy lejano, que las plumas me salen justo desde encima de la nariz, que la nave la he dejado en las afueras de la ciudad, que vengo a conocerles a ellos y que estoy muy contenta de verles porque en mi planeta no hay ni spidermans, ni por supuesto dálmatas....

La verdad es que no les mentí mucho.

Siempre me he sentido una princesa ...........y a veces me siento de tan lejos.........


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